Barranquilla 31 de diciembre de 1968, en la tarima del Radio Teatro Rex, está Aníbal“Sensación” Velásquez, con su sombrero norteño, su espeso bigote y las largas patillas, parece un personaje de una película mexicana; con sus mágicos dedos, extrae de su acordeón las primeras notas en ritmo de Guaracha, esa fusión musical inventada por él mismo. Aníbal toca y los metales del acordeón, botan chispas, parece que el instrumento se fuera a incendiar, mientras José, su inseparable hermano quién toca la percusión, lo ve con admiración, al tiempo que se revienta los dedos contra la caja.